miércoles, 7 de diciembre de 2011

EL LIDERAZGO . MAQUIAVELO, SUN TZU Y CONFUCIO.

El Príncipe (en el original en italianoIl Principe) es un tratado de doctrina política escrito porNicolás Maquiavelo en 1513 mientras se encontraba confinado en San Casciano por la acusación de haber conspirado en contra de los Médici. Fue dedicado a Lorenzo II de Médici, duque deUrbino, en respuesta a dicha acusación, a modo de regalo.

Se trata sin duda de su obra con más renombre, aquella por la cual ha nacido el sustantivo "maquiavelismo" y el adjetivo "maquiavélico". 
A pesar del uso despectivo que se le confiere al término, "maquiavélico" no es otra cosa sino una obra dotada de un gran conocimiento de la psique humana, un enorme sentido común y mucho pragmatismo. Tanto es así, que muchos hombres de negocios y políticos han extrapolado algunas de sus ideas.

Dice Maquiavelo que para un líder es mejor ser temido , que amado, pero nunca debe de ser odiado. 
Para evitar ser odiado el príncipe nunca debe interferir con los BIENES de sus súbditos, ni con sus POSESIONES , ni con sus FAMILIAS , ni ESPOSAS, ya que argumenta que un subordinado olvida más rápido la muerte de su padre que la pérdida de sus riquezas. 

TU MU en el arte de la guerra de SUN TZU dice, un líder debe de ser , Sabio, Justo, Humanitario , Valeroso , Severo,Competente , Disciplinado , Capaz .

El príncipe también se mostrará amante de la virtud y honrará a los que se distingan en las artes. 
Asimismo, dará seguridades a los ciudadanos para que puedan dedicarse tranquilamente a sus profesiones, al comercio, a la agricultura y a cualquier otra actividad; y que unos no se abstengan de embellecer sus posesiones por temor a que se las quiten, y otros de abrir una tienda por miedo a los impuestos. 
Lejos de esto, instituirá premios para recompensar a quienes lo hagan y a quienes traten, por cualquier medio, de engrandecer la ciudad o el Estado. 
Todas las ciudades están divididas en gremios o corporaciones a las cuales conviene que el príncipe conceda su atención. Reúnase de vez en vez con ellos y dé pruebas de sencillez y generosidad, sin olvidarse, no obstante, de la dignidad que inviste, que no debe faltarle en, ninguna ocasión.
Nadie deja de comprender cuán digno de alabanza es el príncipe que cumple la palabra dada, que obra con rectitud y no con doblez.
Es defecto común de los hombres no preocuparse por la tempestad durante la bonanza.
La primera opinión que se tiene del juicio de un príncipe se funda en los hombres que lo rodean: si son capaces y fieles, podrá reputárselo por sabio, pues supo hallarlos capaces y mantenerlos fieles; pero cuando no lo son, no podrá considerarse prudente a un príncipe que el primer error que comete lo comete en esta elección.
Un príncipe o alguien situado en posición conductora , debe poseer la necesaria sabiduría como para atraer hacia su ámbito a hombres aptos, expertos en el manejo de los asuntos. su sabiduría consiste tanto en saber seleccionar a la gente adecuada,como en dejar hacer a quienes ha elegido, sin inmiscuirse personalmente en sus asuntos. Pues únicamente mediante una reserva de ese orden podrá encontrar las personas necesarias y expertas para dar cumplimiento a todos los requerimientos.
(I CHING).

JUAN AVILA.

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